Después de años trabajando en el negocio familiar, las hermanas Palanca asumieron el riesgo que supone renovar un negocio familiar heredado con más de 100 años de historia y situado en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
El diseño de la nueva parada se centró en un mural de más de 6 metros pintado a mano en Manises, donde el comprador podía identificar y reconocer cada uno de los cortes del despiece de la carne. Cultura cárnica, didáctica y tradición. En el 2017, el trabajo fue premiado con un Premio Adcv Oro en el apartado de Espacios Permanentes a los diseñadores de Lujan Estudio, responsables del proyecto de reforma. La valoración del jurado consideraba loable “el giro ingenioso al tradicional puesto del mercado y al haber convertido la materia prima en la protagonista indiscutible del espacio”.